miércoles, 12 de julio de 2017

El Empujón Contra el Insolente

Resultado de imagen para Coronel Vladimir Lugo a Julio Borges
Quiso la magia del video y las redes sociales que el empujón del Coronel Vladimir Lugo a Julio Borges pasara a la historia. Para los chavistas fue motivo unánime de celebración. Un fresquito. Fue como cobrarles a la oposición, una de las tantas que deben después de casi tres meses aguantándoles irrespetos, abusos y violaciones a la Constitución y a las Leyes, que ha costado la vida a más de cien venezolanos. En la oposición hubo mucha rabia e impotencia. No es para menos: uno de sus líderes fue claramente humillado por un oficial de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contra la que ellos mantienen, en los últimos tiempos, una constante ofensa y descalificación.

Una oposición a la deriva

A la oposición le hiede el pueblo. No le gusta el olor de la pobreza. Por eso se tapan la nariz ante los pobres. Les asusta una frente llena de arrugas. Los ricos nunca han querido a los pobres en ninguna parte del mundo. Los utilizan y engañan con migajas. Con mentiras. Después que Bolívar murió en 1830, los pobres quedaron huérfanos de patria en Venezuela. Zamora quiso rescatar el concepto de patria en su lucha por la tierra y hombres libres, por el respeto al campesino. Pero los godos, los ricos, lo mataron. Y se volvió a perder la patria. Fue Chávez quien, en 1992, reencontró la patria perdida, la patria engañada, la patria defraudada, arruinada y hambrienta con su 70% de miseria y comiendo perrarina. Y se la entregó a los pobres para edificarla nuevamente.

miércoles, 21 de junio de 2017

LUISA, PERDIÓ EL JUICIO

LA CONSULTA DE ENRIQUE BOUTTO


Luisa, la abogada, la que acompañó al chavismo desde el 13 de Diciembre de 2007, como Fiscal General de la República, cambió de bando. Después de casi diez años con el coroto de la Fiscalía del Ministerio Público, se bajó del autobús rojo y se montó rápidamente en avioneta, que por cierto no era de ella, pero que la llevó, en viaje rápido y veloz, a los brazos de la oposición. Esos cambios repentinos de bandos no son raros en nuestro país. Nos hemos acostumbrado, desde la cuarta república, a ver esas conductas entre politiqueros muy dados a cambiar de color partidista al menor influjo del viento en sus más íntimos esfínteres.